La travesía de Sicilia a Cerdeña fue una de las más épicas hasta el momento... Llena de buenas intenciones, Julie había preparado muchos pequeños platos antes de partir: pasta con mariscos, pescado con verduras... ._cc781905-5cde-3194 -bb3b-136bad5cf58d_Lamentablemente, cuando salimos de la bahía de Palermo, nos dimos cuenta de que el clima no dejaría nuestros estómagos intactos... Fred y Julie les pueden decir que la pasta con mariscos no es muy buena en el camino de regreso... Moraleja, los platos a base de pescados y mariscos hay que evitarlos para travesías bruscas...

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Pero eso fue solo el comienzo. Después de un primer día y una noche de lucha contra las olas, la segunda noche de navegación fue... ¡el apocalipsis! El viento se levantó de repente y todo en el bote se estrelló. El barco se escoraba tanto  que se hizo difícil mantener el timón en posición vertical y las olas seguían  pasando por encima del barco, ¡así que en unos minutos estábamos empapados! En estas condiciones extremas, Perrine permaneció fuera toda la noche para que el vigilante pudiera llamarlo en cualquier momento en caso de algún problema o para reemplazarlo si tenía ganas de vomitar. Se puso en posición fetal, resguardada del viento con su pesado impermeable, tratando de dormir lo mejor que pudo. Pero lo peor estaba dentro. Sin ver realmente el mar, el barco se movía en todas direcciones y se podía sentir vibrar el mástil y el casco, así como crujir todos los cabos. No fue fácil dormir.

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Llegamos sanos y salvos, agotados pero felices.

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